lunes, 18 de marzo de 2019

EXCELENTE REFLEXION NO TE LO PIERDAS


En el primer día de clase,

el profesor de “Introducción al Derecho” entró al aula y lo primero que hizo fue pedir el nombre de un estudiante que estaba sentado en la primera fila:
¿Cuál es su nombre?
Mi nombre es Nelson, Señor.
¡Fuera de mi clase y no vuelva nunca más! – Gritó el maestro desagradable.
Nelson estaba desconcertado.
Cuando volvió en sí, se levantó rápidamente recogió sus cosas y salió de la habitación.
Todo el mundo estaba asustado e indignado, pero nadie habló. ¡Muy bien!
– Vamos a empezar, dijo el profesor.

¿Para qué sirven las leyes?

preguntó el maestro –
los estudiantes seguían asustados, pero poco a poco empezaron a responder a su pregunta:
Para tener un orden en nuestra sociedad. ¡No! – Respondió el profesor. Para cumplirlas.
¡No! Para que las personas equivocadas paguen por sus acciones. ¡No! ¿Alguien sabe la respuesta a esta pregunta!
Para que se haga justicia – una muchacha habló con timidez. ¡Por fin!
Es decir, por la justicia.

Y ahora, ¿qué es la justicia?

Todos empezaron a molestarse por la actitud tan vil del profesor.
Sin embargo, continuaron respondiendo:
A fin de salvaguardar los derechos humanos …
Bien, ¿qué mas ? – preguntó el maestro.
Para diferenciar el bien del mal, para recompensar a aquellos que hacen el bien …
Ok, no está mal, pero respondan a esta pregunta:

“¿Actué correctamente al expulsar a Nelson del aula?”

Todos estaban en silencio, nadie respondió.
Quiero una respuesta por unanimidad!
¡No! – Todos contestaron con una sola voz.
Se podría decir que he cometido una injusticia?
¡Sí! ¿Y por qué nadie hizo nada al respecto?

Para que queremos leyes y reglas,

si no tenemos la voluntad necesaria para practicarlas?
Cada uno de ustedes tiene la obligación de hablar
cuando es testigo de una injusticia. Todo .
¡No vuelvan a estar en silencio, nunca más!

Vayan a buscar a Nelson –

dijo. Después de todo, él es el maestro,
yo soy un estudiante de otro período.
Aprendan que cuando no defendemos nuestros derechos,
se pierde la dignidad y la dignidad no puede ser negociada.

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