sábado, 26 de diciembre de 2015
NO CULPES A NADIE…
Nunca te quejes de nadie, ni de nada, porque fundamentalmente tú has hecho lo que querías en tu vida.
Acepta la dificultad de edificarte a ti mismo y el valor de empezar corrigiéndote.
El triunfo del verdadero hombre surge de las cenizas de su error.
Nunca te quejes de tu soledad o de tu suerte, enfréntala con valor y acéptala.
De una manera u otra es el resultado de tus actos y prueba que tú siempre has de ganar.
No te amargues de tu propio fracaso, ni se lo cargues a otro.
Acéptate ahora o seguirás justificándote como un niño.
Recuerda que cualquier momento es bueno para comenzar y que ninguno es tan terrible para claudicar.
No olvides que la causa de tu presente es tu pasado; así como la causa de tu futuro será tu presente. Aprende de los audaces, de los fuertes; de quien no acepta situaciones, de quien vivirá a pesar de todo.
Piensa menos en tus problemas y más en tu trabajo y las soluciones vendrán a tu encuentro por sí solas.
Aprende a nacer desde el dolor y a ser más grande que el más grande de los obstáculos.
Mírate en el espejo de ti mismo y serás libre y fuerte.
Y dejarás de ser un títere de las circunstancias porque tú mismo eres el arquitecto de tu destino. Levántate y mira el sol por las mañanas y respira la luz del amanecer.
Tú eres parte de la fuerza de tu vida.
Ahora despiértate, lucha, camina, decídete y así triunfarás en la vida; Nunca pienses en la suerte, porque la suerte es el pretexto de los fracasados.
-Pablo Neruda-
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